21 de septiembre de 2025
Santa Bárbara Bendita

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Santa Bárbara Bendita es una anédcota que narraba mi abuela con frecuencia cuando éramos niñas. Alicia era una sobrina de mi abuela que vivía en el campo y era muy querida por todos nosotros. Su esposo se llamaba José pero le decían Chao. Tenía cinco hijos, cuatro hembras y un varón. Las hembras eran Magaly, Arminda, Minerva y Ladinela, el varón se llamaba Edilio. Ladinela era de la edad de nosotras, las demás eran jóvenes. El nombre de Ladinela se lo puso mi tía Ester Gil, que era muy conocedora de nombres, según ella misma decía. Buscando en varias revistas, halló este nombre, claro que no era tal y como ella decía, porque en dicha revista se referían a una tal Lady Nela, y ella lo adaptó a su manera.

Estaba Alicia recién casada con Chao y llega a la puerta de su casa una limosnera. En esa época se acostumbraba a que la pobre mujer llegaba a las casas y saludaba con la frase ¡Ave María purísima! a lo que debía contestar la persona que la recibía “Sin pecado concebida” La pobre mujer llegó y le dijo a Alicia:

– ¡Ave María purísima!

A lo cual Alicia emocionada contestó:

– ¡Santa Bárbara Bendita!

La mujer recibió su limosna y se fue algo extrañada. Una vez que la mujer se hubo ido, Chao le dijo a Alicia, que lo que debía haber contestado a la mujer era “Sin pecado concebida”, que era lo que se acostumbraba por todos.

Unos días después, Chao estaba en la puerta de la calle y vio venir a la limosnera. Entró y le dijo a Alicia.

– Alicia, allá viene la limosnera. Mira a ver que le dices.

– ¡Avemaría José! Como si yo fuera boba. Yo sé lo que tengo que decir.

Al poco rato la limosnera hizo su entrada y se oyó el consabido:

– ¡Ave María purísima!

A lo que contestó Alicia con voz emocionada y lágrimas en los ojos.

-¡Santa Bárbara Bendita!

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