Conoce usted que el Teatro “La Caridad” tuvo un piso para fiestas y banquetes?

Historia del Piso del Teatro “La Caridad”. El Teatro “La Caridad”, mandado a construir por Doña Marta Abreu de Estévez en 1895 y que se conserva espléndidamente en nuestros días, fue escenario de grandes representaciones de la época y continúa las mismas hasta la fecha. En su plató cantó al pueblo de Santa Clara el famoso tenor italiano Enrico Caruso, entre otras grandes actuaciones como las del ballet de Alicia Alonso y otros grandes artistas cubanos y extranjeros. Marta se dedicó a construir un Teatro con toda la belleza y exquisitez que ahora nos llena de orgullo. Su fachada copia la del Teatro Líneo en París. Las tallas en madera son de Bossi. Los telones de entreactos y de boca son obra de Matheoli, la carpintería de Linca y Ruíz y el famoso cielo raso que representa a tres hermosas mujeres sobre la isla de Cuba (La Fama, El Genio y La Historia) fue obra del pintor filipino Camilo Salaya.
A partir de la terminación de unos carnavales celebrados en la ciudad de Santa Clara, alguien concibió y echó a rodar la idea, de que debía construirse un piso móvil en el teatro La Caridad, que permitiera utilizar el patio de lunetas y el escenario, para los bailes, dado que no existía ningún local que sirviera para esos fines.
Hasta Marta Abreu, que se encontraba en el ingenio San Francisco (Hoy Marta Abreu) llegó aquel rumor, y ésta sin pérdida de tiempo autorizó la ejecución de la obra, con cargo a los fondos del mismo teatro. Hizo el trabajo el maestro carpintero Antonio Martel, con un costo de ochocientos setenta y cinco pesos; y los tres bailes que se celebraron durante el período del carnaval, produjeron para la administración del teatro $1,310.45, además de que, por la forma en que se construyó el piso, desarmable en piezas pequeñas, fáciles de montar otra vez, podían usarse, y se usaron posteriormente, en bailes y banquetes. En la revuelta política de 1906, las fuerzas movilizadas del Gobierno, acuarteladas en el edificio que hoy ocupa la Escuela Normal de Maestros, utilizaron esas piezas como leña, para confeccionar el rancho.
Increíble…verdad?